Decía en la presentación Daniel Valverde: descubriremos el ajuar de oro y plata que guarda el toreo de ayer, Joselito, Belmonte y Chicuelo, en una Sevilla, con una reina en San Gil “La Macarena “, que por Almonte se hace Blanca Paloma, en la personalísima tertulia que inspiró a del Moral, acercándonos a este gran retablo de la historia y de la fe.
En elMuseo de la Guitarra, que acogió a numerosos aficionados y público en una extensa charla, mezclada entre las liturgias taurina y cofrade.
Se inició la misma comentando la efeméride, que se cumplía en el día de hoy, los 80 años de la alternativa de Manolete en Sevilla, todo un legado para la Tauromaquia.
Había concluido la guerra de 1939, siendo el 2 de julio, Chicuelo le cede los trastos a un espigado cordobés, siendo testigo Gitanillo de Triana, en un encierro de Flores Tassara, repartiéndose seis orejas y un rabo.
Chicuelo, que había recogido las aportaciones de Joselito y Juan Belmonte, la ligazón de José y el toreo estático y cambiado de Belmonte, encontraron en Chicuelo un catalizador del mismo.
La figura de Manolete trascendió fronteras, hasta la agonía de aquel 28 de agosto del 1947 en la plaza de Linares, Islero de Miura, se produjo un cambio en el toreo, lo decían y comentaban por aquel entonces.
Chicuelo crea el ritmo de torear y no debemos de olvidar que en septiembre próximo se cumple el centenario de su alternativa, un 28 de Septiembre de 1919.
Hablar de Gallito, de Chicuelo y su tiempo nos acerca a hablar de la efímeraPlaza de Toros Monumental de Sevilla, cuyo inspirador fue Joselito “El Gallo“, que fue el impulsor de los cosos monumentales, allá por 1919 se organizaron dos Ferias de Abril, clausurándose este coso en 1921, manteniéndose en pie hasta 1930, la muerte de José en las astas de Bailaor en Talavera de la Reina sentenció esta monumental plaza.
Su forma de expresarse ante políticos y clérigos del momento, le llevó a enemistarse con algunos de ellos, pero su fe mariana le llevo a realizar para La Macarena, esa pluma de Muñoz y Pavón en un alfiler para su fajín, donó una corona y las tradicionales mariquillasde oro y esmeraldas que se adquirieron en París, el proyecto de varales para el palio de la macarena que no pudo cumplirse en su totalidad, sin olvidar la devoción a La Soledad, la cual detuvo el paso en la puerta de su casa, mientras el torero arrodillado le pedía salud con gran fe.
La muerte de Sánchez Mejías, también marco a José, era su cuñado.
Podríamos decir que si la Tauromaquia es Cultura, no podemos dejar de hablar de la generación del 27, cuyos componentes decían que “el toreo probablemente es la mayor riqueza poética de España”, desde Jorge Guillen a Gerardo Diego, Lorca o Rafael Alberti, sin olvidarnos de la generación del 14 con Juan Ramón Jiménez o Pérez de Ayala.
El toreo y la Semana Santa de Sevilla, unidas por la gran liturgia ceremonial de ambas, enhebrándose el toreo con las artes mas allá de un reflejo literario, siendo en los inicios del siglo XX un tiempo vanguardista para la tauromaquia, los bordados, la música o la pintura marcan unos tiempos de auge de la Cultura Taurina.