Con la máxima expectación, Enrique Ponce reapareció tras su   retirada   en   un   acto   que   había   levantado   gran expectación en la sociedad española en general, no solo en el mundo de los toros, y respondió  con  creces a  las expectativas ya que el Claustro de la Catedral se Ilenó superando el aforo previsto con más de la mitad de la gente de pie. Asistieron distintas autoridades como el Prefecto de la Catedral Juan José Martín Campos, la Delegada de Cultura de la Junta de Andalucía Eloísa Cabrera, el Diputado Provincial de Cultura y Música Manuel Guzmán, el Concejal del Ayuntamiento de Almería Diego Cruz,al igual que el de Roquetas de Mar Juanjo Salvador.

El acto comenzó con los sones de Caridad del Guadalquivir interpretado por los profesores Jesús Torrecillas al piano y Borja Sáez al violín.

De la mano de quien fue su responsable de prensa y amigo, el periodista sevillano José Enrique Moreno Zaragoza, fue desgranando un recorrido por la trayectoria profesional de una de las máximas figuras del toreo de todos los tiempos, terminando por desvelar su lado más personal.

Empezó, de sopetón, por decir que, desde el anuncio de su retirada indefinida el 28 de junio de 2021 en León, no ha pensado en ningún momento en   reaparecer.  Aquella decisión no fue meditada, sino que, tras brindarle a su actual suegro el toro, al Ilegar al Hotel le dijo a su pareja, Ana Soria, nos vamos para Almería.

La realidad, confesó, es que echaba de menos un veraneo normal, el que nunca tuvo, sin tener que estar pendiente de la próxima corrida.

Después, dio un repaso a su época coma figura del toreo de la que manifestó que fue muy dura porque las figuras tenían la obligación de responder de su condición de tales y anunciarse 2 tardes en cada una  de  las  ferias  más importantes, lo que hacía que, casi por inercia, los mejores sumaran más de un centenar de actuaciones cada año.

Luego desgranó, toreando de pie y con un sillón simulando un toro, su tauromaquia que siempre se basó  en  el conocimiento  del  toro y en  la  naturalidad y desmitifico muchos de los  mitos del toreo de manera práctica, con argumentos incontestables.

Por último, entró en su vida personal reafirmando que no ha pensado en ningún momento en volver a torear, que es inmensamente feliz junto a la mujer que ama, la familia que quiere, la ciudad que ha descubierto y le ha acogido con el corazón abierto. No desea más y mucho más ahora que, a esa felicidad inmensa que le embarga, «vamos a subir a primera».

Cerró el acto el Presidente del Foro Juan Aguilera mostrando su profundo agradecimiento a Enrique Ponce y a José Enrique Moreno su colaboración y habernos ofrecido tan brillante acto, al Cabildo Catedralicio por cedernos el histórico Claustro, a las autoridades y público asistentes.

Los profesores interpretaron el pasodoble Puerta Grande.

Posteriormente, se celebró una cena en el Hotel Catedral.